lunes, 5 de marzo de 2012

Puro veneno

Bajo esa apariencia de mujer dulce y sensata, ella guarda un veneno mortífero, una droga tan pura, que vicia sin remedio.

Se te cuela dentro poquito a poco, sigilosa, ladina, y cuando quieres darte cuenta, te ha atrapado, eres suyo, ya no puedes dormir sin soñarla, ya no puedes tomar aire sin respirarla.

Y es que como su droga no hay otra. Te provoca viajes siderales, experiencias multicolores, que van de la pasión enajenante a la sublime dulzura. Te hace sentir guerrero en el ardor de la batalla, caballero en la corte del rey Arturo, villano imaginario, todo al mismo tiempo. Y cuando estás cansado de tanta aventura, te acoge entre sus pechos para volverte niño.

Ya no puedes dejar de pensar en ella, a todas horas. Te ha robado tus días, tus noches, tus ratos muertos. Te ha sorbido la vida. Pero es tanto el placer que te da a cambio que no te importa... tu propia alma le entregarías...

Y mira que ella lo advierte a todo hombre que se le arrima: soy droga pura, veneno. Escapa si aún estás a tiempo.

2 comentarios:

  1. Existe una diferencia, en otras drogas el adicto cree poder controlar su adicción, y siempre afirma que lo deja cuando quiera. En su caso el adicto se sabe dependiente desde la primera gota que corre por sus venas.

    A partir de que su sangre se mezcla con ese veneno toma consciencia de que nunca más podrá plantearse vivir sin su dosis.

    El adicto standard es feliz porque cree que no lo es; el adicto a su veneno, a usted, es feliz porque sabe que lo es

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  2. Y yo que creo que la primera adicta a tu veneno eres tú...

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