miércoles, 21 de marzo de 2012

Manos que la primavera se me lleva

Unas manos que nunca me acariciarán, no llegarán siquiera a rozarme. Jamás abarcarán mi cintura, no sabrán si ardo o estoy fría, si tiemblo, si sudo, si me estremezco.

Buscarán a ciegas mis pechos en otros troncos, mis labios en otros rostros, mi espalda en otros torsos.

Nunca llegarán a medir mi piel a palmos, ni dibujarán mi ombligo. No se enroscarán en mi cuello, no treparán de mis orejas a mi pelo.

Nada de eso harán jamás. Y yo jamás podré dejarlas hacerlo. Manos que huyen, que parten lejos. Se me desdibujan, se me desarman. Dejan de ser manos antes de haber llegado a serlo.

1 comentario:

  1. Benedetti suele tener respuestas para todo, pero en pocas ocasiones me reconozco tanto en sus versos...

    son mis manos de ahora
    no las de antes
    doy lo que puedo
    y no tengo vergüenza
    del sentimiento
    si los sueños y ensueños
    son como ritos
    el primero que vuelve
    siempre es el mismo

    ResponderEliminar