Cuando esta noche follemos,
me multiplicaré por cuatro.
Con mis ocho piernas
te atraparé en mi tela de araña,
para así poder sorber tu verga
con mis cuatro bocas.
Y con mis ocho brazos
ataré un nudo fuerte
que, sin llegar a asfixiarte, te maree.
Cuando te tenga
en ese estado de semiconsciencia,
aprovecharán mis cuatro cerebros
para apoderarse del tuyo,
y lo poseerán de tal modo,
que no quedará neurona
que haga sinapsis sin mi permiso.
Tu placer será cuádruple,
cuatro veces más fuerte
estallará tu polla.
Me soñarás cuatro veces esta noche, y,
cuando mañana amanezcas,
la luz recortará en tu cama
cuatro siluetas.
Frotarás tus ojos, incrédulo,
y al abrirlos de nuevo,
ahí tendrás a tu única hembra,
plácida, satisfecha, aún durmiendo.
Leo por ahí, mi admirada dama, que "en numerología el mundo del cuatro es el imperio de la voluntad" Bien es cierto que podría ser una casualidad, una generalidad atribuible a cualquier número, y que nada tiene que ver con que usted elija el 4 para su entrada de hoy.
ResponderEliminarPero el análisis del cuatro prosigue,... "pocas personalidades tienen una tenacidad tan admirable, aunque también son dueños de una gran obstinación".
Y yo nunca he creído en casualidades, nunca...
Tenaz y obstinada. Un rato. Las dos caras de la misma moneda, por otro lado. Besos, querido amigo
ResponderEliminar¡Es muy bueno! Ya te he dicho en twitter que me gustan tus textos...ahora te lo digo aquí mismo.
ResponderEliminarIré leyéndolos poco a poco...como se leen despacio las últimas páginas de esos libros que nos gustan tanto que no queremos que se terminen.
Te reitero las gracias. Estoy convencida de que no todos te gustarán tanto como, al parecer, te gusta este. Pero te aseguro que, leyéndolos, me descubrirás un poco, igual que me descubro yo escribiéndolos. Saludos
ResponderEliminar