Whats App que vibran entre mis piernas cuando estoy en el trabajo, o en la peluquería. Que me provocan respingos, ojos en blanco, caras de póquer cuando la gente me mira.
Esa sabrosa espera, esa incertidumbre... cuándo el próximo, cuántos más, a qué ritmo, con qué frecuencia.
Mi cuerpo baila con tus WA, zorronea, serpentea. Me recoloco en el asiento, aprieto las piernas. El iphone se funde entre mis muslos, moribunda su batería.
Tensión sexual de la más pura, con 3G de por medio. Y con mi G ya van cuatro. Y son tantas que reviento.
Relamerme después descubriendo lo que las chicharras me decían. Esos versos calientes y mal rimados, por la tensión y las prisas. Esas letras que faltan, también son todas mías. Pero las has guardado para dármelas más tarde. Compondrás con ellas nuevas palabras que vibren otra vez mis cañerías.
Steve Jobs que estás en los cielos: bendita sea tu tecnología!
Justo es, que usted que nos envía placer en sus posts lo reciba en otros mensajes, justo es y recíproco.
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