Asomada a mi balcón te espero. Con mis bragas y mi camisón nuevo. Envuelta aún en tu olor de anoche, mi boca conserva tu sabor, y mi piel tus caricias. Ayer fue todo un derroche.
Pero no te equivoques: ni por un instante creas que soy tuya para siempre, que me entrego a ti incondicionalmente. "Ma se pensi che soletto io ti debbari amar, pastorello, sei soggetto facilmente a t'ingannar"
Ignoro si le gusta Benedetti. Confieso que a mi si, mucho. Sus libros son de los más ajados de mi pequeña biblioteca, y montones de post-it amarillos marcan cientos de versos que la vida se encarga de recordarme a menudo. Hoy, al verla así asomada no he podido evitar evocar a Benedetti...
ResponderEliminarDe las altas ventanas tu ventana
de los signos de mar tu mar de cosas
y de todo el amor/ tu amor/ mengana.
También de su querido Benedetti:
ResponderEliminarahora que estoy insomne
como un sagrado
y permanezco
quiero morir de siesta
muslo a tu muslo
boca a tu boca
para saber quién sos
Si, muslo a muslo; si, boca a boca; sabe quién soy, sabrá mucho más que yo. Eso, en el improbable caso, de que no lo sepa ya.
ResponderEliminar