Te esperaré a la puerta de la oficina para quitarte el abrigo y colgarlo en tu percha. Sexy y eficiente, te ofreceré el periódico, un zumo de naranja y el café recién hecho, justo como a ti te gusta.
Te sacudiré esa intrusiva pelusa que se ha posado en tu solapa, y ajustaré mejor el nudo de tu corbata.
Con actitud de terrier espabilado y activo, esperaré a que te sientes, y entonces lo haré yo, frente a ti. Me colocaré las gafas con una mueca que encontrarás encantadora y cruzaré las piernas en un ademán que pondrá patas arriba tu bragueta. Apoyaré entonces mi Molesquine sobre las rodillas y esperaré atenta tus dictados.
En realidad soy claramente superior a ti, pero, si quieres, hoy, podemos jugar a esto. Te apetece?
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