I- Cuando los recursos racionales o el atractivo fallan, es el momento de apelar a la compasión ajena y a la culpa.
II- Negarlo todo, siempre, en cualquier circunstancia. Este recurso se conoce como gitanada.
III- Poner constantemente a prueba la propiedad de la ductilidad. Hasta dónde puedes retorcerlo sin que se rompa.
IV- El mejor aprecio es dar desprecio. Seguidamente, redacta una queja para elevar a alguna instancia.
V- En el ámbito de la relación con las iguales, rivalizar es un concepto confuso. Acuchillar es más claro y definitivo.
VI- El incumplimiento de la ley no exime de su ignorancia. Pero ojo al aplicar este principio, sólo funciona con agentes de la ley varones.
VII- Nunca busques el conocimiento, sólo el reconocimiento. El primero es fatigoso y peligroso, puede volverse en tu contra.
VIII- Decide qué rasero emplear con los demás y encarga para ti otro más holgado. Y si alguien se da cuenta de ello, actúa como cuando te preguntan qué talla usas o cuántos años tienes: siempre dos por debajo.
IX- En relación a los varones: tú eres la princesa que siempre te contaron que eres y ellos son estúpidos, ya se sabe; no alcanzan a comprenderte. Una especie que no usa complementos es una especie inferior.
X- Cumplir años es un handicap inevitable que debes aprender a rentabilizar: juega con la edad como argumento a tu favor para aplastar a esas jovencitas intrépidas a las que tanto odias. Y aún cuando las creas devastadas, no subestimes el instinto de tu macho.