lunes, 27 de mayo de 2013

Me pregunto qué hay tras esa mirada de intensidad indiscreta y tozuda. Sé que en ese cerebro encerrado en un cráneo perfecto hay ya un camino por el que paseo a mis anchas, subida a unos tacones de los que no quieres bajarme, quizás por temor a que descalza, sigilosa, pueda colarme en algún cuarto prohibido. Mi curiosidad te asusta, y te apresuras a cerrar todas las puertas para que no mire tras ellas. Pero es la mujer desnuda la que está frente al hombre, no hay por qué tener miedo.

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