Hoy en la sauna me he tocado pensando en ti. Y se me confundían el olor a madera caliente, la humedad de mi piel y tu voz.
Olía ya a orgasmo claustrofóbico cuando me interrumpieron, y un pequeño pánico inundó mi útero. Era un pánico de lo no acabado, de lo pendiente, de lo que urge y no tiene espacio ni tiempo.
Ese orgasmo está ahí guardado, puedo sentir su latido constante. Tira de mí hacia dentro, conecta mi vagina con mi ombligo y con mi ano. No ruge aún, pero se prepara; muy quieto va creciendo, esperando a poder salir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario