jueves, 12 de abril de 2012
Balcones de tentación
Los balcones no solo son para contemplar, sino también para ser contemplada. Esas barandillas antiguas, cortadas a la medida de nuestras abuelas, son un guiño al hombre que pasa por detrás. Le ofrecen el sugerente espectáculo de un hermoso culo en pompa y unas rodillas que se aproximan, dando a la silueta un aire de garza. Parece una invitación a pasear su mano por esa espalda que se curva cóncava, luego asir una cintura que seria tentación del mejor sastre, y acabar posando la palma en una nalga redonda y firme, que, saltona, lo llama.
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