Calla, y baila conmigo.
Deja al silencio hablar por nosotros.
Pon tu mejilla junto a la mía y escucha a la sangre latir en mi sien y pronunciar tu nombre, humedeciéndolo al llamarte.
Respira mi cuello. Llénate con aroma de cálido deseo.
Esa música nos envuelve. Atrapados por la magia del cristal hecho luz.
El tiempo suspendido en el aire nos estrechará por siempre en un abrazo infinito, que nos encuentra y nos pierde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario