Con mucha ceremonia, mientras tú observas, enfundo mis piernas en unas medias de rejilla. Me ayudas luego a ponerme el calzado de baile. Soy yo entonces la que contempla cómo tomas mi pie y, amorosamente, casi con veneración, lo haces encajar en el zapato. Primero uno, luego el otro. Te miro extasiada; tú acuclillado ante mí.
Te tomo de la mano y te conduzco a la butaca. Mientras me sigues con la mirada, te preparo una copa y te enciendo un cigarrillo.
Rebajo la luz. Solo un foco a mi espalda. Me calo el sombrero de tanguero y te susurro: "Ready, baby? Empieza el espectáculo"
Quien pudiese sentarse y, a solas los dos, verte bailar un tango.
ResponderEliminarQuién eres? Me intrigas... Gracias por tus comentarios
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