Como mascarón de proa, expuesta al batir de olas que rugen para amedrentar tripulaciones. Mientras ellos se afanan en guardar el equilibrio, el azote del mar te curte y te envalentona. Sacas pecho, y tus gloriosos pezones cortan el viento sin amilanarse nunca. Hierática y sensual a medias partes, hasta las sirenas enmudecen a tu paso. Te saludamos, valerosa hembra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario